En el fin de semana, me pasaron el dato de un chico que tenía un termo de 25 cm. Su foto (la de su cara) no prometía gran cosa, pero las ganas de hacerlo pasar por mi pijómetro (o termómetro, nunca mejor usada la expresión), fueron más grandes.
Finalmente, hablamos por MSN.
Lulú: Así que tenés 25 cm, ¡qué maravilloso!
Termo to-be: Bueno, capaz exageré un poquito; tendré 21 con toda la furia.
Lulú: (Ajá, 21 es un número, pero ahora ¿cómo le creo? Capaz en un rato me dice que no eran 21, sino 12) Ahh mirá, ¿y tenés bulo/auto?
TTB: El auto justo se lo llevó mi hermano.
Lulú: Por supuesto.
TTB: Pero dale, dejame invitarte a tomar algo, Lulú.
Lulú: Bueno, dale, todo bien (más vale que tenga flor de Lumilagro).
TTB: ¿Conocés Paseo del Sol?
Lulú: ¿El de Parque Centenario?
TTB: No sé, pasame la dirección.
Lulú: (Ah bueh) Encontrémonos en Diaz Velez y E. Acevedo y vamos caminando, es a un par de cuadras de ahí.
TTB: Y ¿qué me deja desde el Botánico?
Lulú: Ya te digo, a ver...
Lulú aparece como desconectada y puede que no conteste.
"Qué injusticia; mientra a algunos les toca el termo, a otros les toca la bombilla"
Toda una vida para encontrar un chico XL